miércoles, 8 de abril de 2009

PRONTUARIO

Prontuario de Selectas Noticias
de Nuestra Historia


Investigación y actualización realizadas por el Cronista Municipal,
Sr. Enrique Trujillo González



Introducción

Los actuales Municipios de Tolimán, Tonaya, Tuxcacuesco, Zapotitlán de Vadillo, dos tercios del de El Limón y desde luego el de San Gabriel (sin Apango y su comarca), formaban en la época precortesiana el señorío o tlatoanazgo de Amolli (Amole), mismo al que, ya con el de Cusalapa anexado, los españoles dieron en llamar Provincia de Amula de la Nueva España.

Con certeza nada se sabe, pues todo se funda en hipótesis, acerca de cuándo y qué etnia o etnias la poblaron originalmente. La única verdad documentada es que en el Siglo XVI, al recabar los conquistadores sus “informaciones” para enviarlas al rey de España, los indígenas dijeron ser Otomíes y que, además de su propia lengua, para comunicarse con otras razas hablaban asimismo la náhuatl o mexicana, cultura que habían asimilado y de la cual solo el recuerdo queda en la denominación de varios pueblos.

Por Septiembre de 1524, yendo de paso hacia su propia conquista, Francisco Cortés de San Buenaventura tomó formal posesión de la Provincia de Amula en nombre de su primo don Hernán, quien se la había adjudicado como extensión de su autoencomienda michoacana. Solamente los dos Cortés, y no otro individuo, compartieron dicha Provincia hasta su enajenación a favor del rey Carlos V en 1531.

En 1533 el franciscano Fray Juan de Padilla empezó a misionar en estas tierras centrando su actividad en el Pueblo de San Pedro. Sin embargo, a causa del temblor que en 1539 semidestruyó a dicho pueblo, ausente ya el P. Padilla el centro doctrinal fue transferido por Fray Miguel de Bolonia a la sede del gobierno indígena, o sea, el pueblo de Amula.

1576.= Desde el año precedente la Nueva España experimentaba el flagelo de la terrible peste llamada Gran Cocoliztle, cuyas víctimas llegarían a sumar varios cientos de miles. Esta Provincia y las aledañas, Zapotlán y Colima, no escaparon de la mortal epidemia; antes bien, sufrieron peor castigo al sobrevenir (presumiblemente hacia mediados de Marzo) una erupción del volcán.

En el pueblo de Amula, que se localizaba donde hoy existe la sangabrielense ranchería Sayulapa, al desastre epidemiológico se incorporaron (empeorando la crisis) la ruina de viviendas a resultas del estremecimiento eruptivo y la falta absoluta de agua desde la seca de manantiales en 1567. Ante tan adversas circunstancias los moradores sobrevivientes optaron por desertarlo; algunos se fueron a Zapotitlán y pocos decidieron quedarse; pero la gran mayoría, llevando consigo el gran Crucifijo que tiempo atrás les obsequiara un fraile cuyo nombre se ignora, enfilaron con rumbo a Xiquilpan.

Transcurridas muchas horas de arduo caminar, los emigrantes del tercer grupo llegaron por fin a un potrero cercano a su meta y allí, colocando la imagen bajo la sombra de un mezquite, se entregaron a un muy merecido descanso. Sin embargo, dice la Tradición, al intentar emprender la última jornada de su éxodo atestiguaron algo fuera de lo normal: La escultura de Cristo, de manufactura liviana elaborada en Pátzcuaro, se tornó de súbito tan pesada que nada ni nadie hubo lo suficientemente fuerte para moverla un ápice siquiera.

En su inocente credulidad juzgaron ser aquello un milagroso signo de lo alto y, aconsejados por un sacerdote, construyeron para su amado Señor de Amula una rústica ermita aprovechando ramas y tronco del mezquite y alrededor de élla, también de palos y zacate, sus humilde chozas.

Así, sin haber arribado a la pretendida meta, de manera imprevista y ajena a formalidades de rigor los indígenas de Amula fundaron su nuevo pueblo denominándolo San Gabriel. Era el 24 de Marzo de 1576, fecha tentativa (no exacta) basada en la antigua fiesta del Santo Arcángel.

Desde un principio San Gabriel quedó, como toda la Provincia, en Jurisdicción de la Nueva España, aunque subalternado a la Real Audiencia de la Nueva Galicia.

Bajo las leyes eclesiásticas perteneció, durante casi doscientos años, al Curato-Doctrina de Zapotitlán. Éste, a su vez, se hallaba en doble dependencia: El Obispado de Guadalajara y la Provincia Franciscana de San Pedro y San Pablo de Michoacán, pues lo atendían religiosos de esa Orden.

En 1606 dicha Doctrina pasó a la recién creada y también franciscana Provincia de Santiago de Xalisco.

El 22 de Agosto de 1579, bajo la supervisión del Alcalde Mayor don Francisco de Agüero y por mandato real, el escribano Bonifacio Martínez empezó a redactar el hoy por hoy más valioso documento que del Siglo XVI existe para la historia de nuestra región: La Relación de Amula.

En la primera y más extensa de sus tres partes, además de advertir que cuando en ello se ocupaba “no tiene al presente, esta Provincia, españoles” con residencia permanente en sus pueblos, Martínez enlistó los sujetos de la nueva primer cabecera (Zapotitlán) especificando en lugar postrero que “Tiene otro llamado San Grabiel (sic). Es [el] Pue[bl]o Nuevo que se pobló de la gente que se [h]a despoblado de otro pue[bl]o que solía ser cabesera d[e] esta Provi[nci]a, llamado Amula …”

Es, por lo tanto, el manuscrito más antiguo en que por vez primera se registró el nombre de nuestro pueblo después de su fundación.

El 8 de Julio de 1585 el Virrey-Arzobispo don Pedro Moya concedió a Antón Chavarín, encomendero de Autlán residente en México, una merced consistente en “un sitio de estancia para ganado menor y dos cavallerías de tierra … junto al Pueblo Nuevo de S[an] Graviel …”

Las diligencias respectivas estuvieron a cargo, tres años antes, del a la sazón Alcalde Mayor Don Antonio Sanz de Álcega y Zúñiga, quien, tras el desempeño de otros importantísimos empleos gubernamentales, ingresó a la Orden Franciscana en Guadalajara y terminó sus días siendo Obispo de Venezuela, donde falleció en 1610.

En el mencionado “sitio”, poco después, se fundaría una hacienda con el mismo nombre del pueblo, el cual nombre conservaría hasta aproximadamente 1775, cuando fue rebautizada como “Hazienda de Nuestra Señora de Guadalupe del Salto del Agua”.

El Padrón Parroquial más antiguo hasta hoy localizado, fechado en Zapotitlán el 2 de Junio de 1649, registró en el Pueblo de San Gabriel un total de 58 habitantes y en el de Xiquilpan 67, todos indígenas, con sus respectivos nombres pero sin manifestar las edades.

Don Joseph Gregorio de Herrera, teniente de Alcalde Mayor, en su “Relación” del 20 de Junio de 1743 asentó que “El Pueblo de San

Gabriel … se compone de sinqüenta tributarios (familias indígenas), que por no tener qué comerciar sirben en la Hazienda de San Diego, que dista de dicho Pueblo como un tiro de escopeta y es trapiche de haser asúcar, con estancia de ganado mayor”.

Por “Hazienda de San Diego” se entendía, por lo menos hasta mediados del Siglo XIX cuando todavía no se integraba al pueblo, la finca hoy conocida como La Quinta. Sus potreros comprendían la actual sección poniente de la zona urbana, en su mayor parte, y además los terrenos al otro lado del libramiento (desde el pie del Cerrito de la Cruz hasta más allá del
Cementerio, con inclusión de Buenavista). Era una extensión de la entonces “Hazienda de San Gabriel”, que había usurpado tierras tanto al pueblo de Jiquilpan como al nuestro.

Hacia el mes de Abril de 1803, con 489 indígenas mas 264 individuos de otras etnias en la cabecera y 380 indígenas mas 186 personas de otras razas en Jiquilpan, se erigió la Vicaría de San Gabriel, auxiliar del Curato diocesano de Tuxcacuesco. Primer sacerdote residente, el P. José María Covarrubias.

El 4 de Noviembre de 1812 el insurgente Gordiano Guzmán con su gavilla entraron por vía de asalto a San Gabriel, donde, sin llegar al extremo de quemar el pueblo, solo cometieron tropelías y además robaron la documentación existente en la Vicaría parroquial. Al ir de retirada con rumbo a Zapotlán, los insurgentes fueron interceptados por una fuerza realista al mando del Subdelegado de Tuxcacuesco, que los combatió y derrotó en la “Loma del Ocote” aledaña a El Devisadero.

El Excmo. Sr. Obispo Don Juan Cruz Ruiz de Cabañas, por auto del 10 de Marzo de 1814, desmembrándolo de Tuxcacuesco elevó a San Gabriel al rango de Parroquia. Adjudicóle la atención de 4,186 feligreses (1267 en la cabecera) y nombró primer Cura propio al P. Mariano Carlos de Godoy, oriundo de la Villa de Jeréz.

Año de 1820.= En día y mes desconocidos, de acuerdo con la Constitución de Cádiz promulgada en 1812, se establecieron el Municipio de San Gabriel y su Primer Ayuntamiento.

Al crearse en 1824 el Estado Libre de Xalisco, el Municipio de San Gabriel quedó en jurisdicción del Departamento de Tuxcacuesco, perteneciente al 4° Cantón con sede en Sayula.

Entonces poco amplio y menos alto, con muros de adobe y techos de madera y ladrillo (azotea), el apenas reconstruido Templo parroquial fue bendecido el 18 de Marzo de 1836 por el Sr. Cura don Rafael Larios.

Suspendido en 1835, al igual que la mayoría de los entonces existentes en el Estado, mediante el decreto № 33 de Septiembre 30 de 1845 San Gabriel volvió a tener su propio Ayuntamiento a partir del 1° de Enero de 1846.

El 1° de Abril del 1848 el Congreso del Estado decretó (№ 83) que el Departamento de Tuxcacuesco, sin cambiar de nombre, en lo sucesivo tuviese por cabecera al Pueblo de San Gabriel (con poco más de 2,500 moradores), al que por tal motivo se le tituló Villa.

En 1856 se formó el 9° Cantón del Estado segregando del 4°, o “de Sayula”, los Departamentos de Zapotlán el Grande y de Tuxcacuesco, éste con cabecera en San Gabriel.

Aunque oficialmente debería entrar en vigor el 1° de Abril, la Ley sobre el Registro del “Estado Civil de las Personas” empezó a practicarse, desde mediados de Enero de 1861, tanto en la cabecera San Gabriel como en los demás Municipios del Departamento.

El viernes 24 de Febrero de 1865, a iniciativa del Sr. Cura Don Manuel Echeverría, se proclamó el Juramento al Señor de Amula de solemnizar en su honor una Función anual. La celebración continuó siendo en Febrero, hasta que en 1873 se inició la hoy ya tradicional del “tercer domingo de Enero”.

Durante el bienio 1865-1866 (gobierno de Maximiliano) San Gabriel estuvo al mismo nivel que Manzanillo, Sayula y Zapotlán en importancia política, ya que fue cabecera de y dio nombre al 4° Distrito del Departamento Imperial de Colima.

En 1872, el día jueves “11 de Enero …, a las ocho de la mañana”, el Sr. Cura Don Francisco Díaz Montes bendijo “la Yglesia Parroquial de este lugar”.

Esta bendición, treinta y seis años después de la primera, se debió a que el edificio había sido otra vez remodelado ampliándolo a lo largo, en virtud de la demanda de espacio por el aumento de habitantes en la Villa. Además la techumbre, que antes era de terrado o azotea a menos altura, fue sustituida completamente por las seis bóvedas que, desde entonces al presente, por fortuna han resistido los embates de la naturaleza.

La nueva reconstrucción y extensión, llevadas a cabo de 1868 a 1871, fueron idea y obra del Sr. Cura Don Manuel Echeverría, fallecido en Julio del año en segundo término citado.

Proyectado y aprobado el servicio desde 1870 con un presupuesto de $ 500.°°, no fue sino hasta el 17 de Marzo de 1879 cuando en San Gabriel abrió sus puertas al público la oficina subsidiaria de la Compañía Telegráfica de Jalisco.

En Febrero 22 de 1890 murió aquí “Antonio Romero, Soldado de la Independencia”, insurgente que combatió a los realistas en la Batalla de Puente de Calderón (Enero 17 de 1811) al lado de Don Miguel Hidalgo y Costilla. Se le rindieron honores de héroe en el Salón de la Presidencia Municipal y fue inhumado en el Cementerio en fosa distinguida, sobre la que se colocó una lápida donada por el Gobierno del Estado.

Solicitado formalmente tanto por el Ayuntamiento como por el vecindario, y gracias al apoyo brindado tanto por el Director Político (Sr. Dn. Lorenzo M. Michel) así como por el Diputado local (Sr. Carlos M. Gallardo), el 11 de Abril de 1894 el Gobernador Dn. Luis C. Curiel aprobó y sancionó el Decreto № 658, mediante el cual el H. Congreso del Estado tuvo a bien elevar a nuestra villa de San Gabriel a la categoría de ciudad, gracias a su envidiable y acelerado progreso.
La noche del 24 de Junio de 1904 por vez primera las oscuras noches en San Gabriel fueron iluminadas por la luz eléctrica.

El 2 de Julio del mismo año entró en funciones un nuevo Partido Judicial, por haberse instalado en San Gabriel el “Juzgado de Primera Instancia … a cargo del C. Lic. José Miramontes”.

Un expresidente municipal, opuesto al Gobierno, en 1911 vandalizó algunas oficinas públicas. En las del Ayuntamiento hizo perdedizo todo el archivo anterior a 1869 y parcialmente el comprendido entre ambas fechas.

No se pudieron celebrar las Fiestas Patrias en 1918, porque exactamente el 15 de Septiembre las fuerzas rebeldes comandadas por Pedro

Zamora atacaron la población cometiendo innumerables atrocidades. Muchos comercios establecidos, así como la Escuela Oficial para Niñas, fueron incendiados. La Acordada defensora sufrió algunas bajas en sus filas; los zamoristas perdieron casi doscientos hombres.

En 1922 las Religiosas Josefinas, habiendo clausurado el de Colima, establecieron aquí su Colegio en la antigua Casa de Ejercicios, junto al Santuario. Allí cursaría los primeros grados escolares, de 1923 a 1926 aproximadamente, el niño Juan Nepomuceno Carlos Pérez Vizcaíno, nuestro hoy mundialmente famoso e inimitable Juan Rulfo.

Transcurridos cuatro años de titánica labor, pero con gran satisfacción para sus promotores (encabezados por el siempre activo y entusiasta Don Manuel C. Michel) y para quienes a la obra dedicaron su esfuerzo corporal, y sobre todo con beneplácito para las comunidades beneficiadas, el 3 de Abril de 1925 se abrió al tráfico el camino para vehículos motorizados que vino a agilizar la comunicación entre la pequeña ciudad de San Gabriel y las de Sayula y Guadalajara.

Por obra y gracia de “influyentes” políticos locales y sin dar cabida a que el vecindario manifestara su conformidad o su desaprobación, por el decreto № 3953 de fecha Diciembre 8 de 1934 a nuestra ciudad y su municipio le fue quitado su nombre antiguo imponiéndole el para la mayoría non grato de Venustiano Carranza.
Por vez primera un candidato a la Presidencia de la República, el Lic. Luis Echeverría, anduvo por los polvorientos caminos de esta región. En San Gabriel fue recibido al anochecer del 3 de Diciembre de 1969, hallándose entre los de su comitiva nuestro paisano Blas Galindo Dimas y la inolvidable Lola Beltrán (de incógnita).

En 1975, gracias a las gestiones del Presidente Alfredo Ramírez Campos, se realizó en la cabecera la mejor obra que de manera permanente beneficiaría a sus habitantes: la introducción del agua potable entubada directamente desde el manantial “La Pitayita”, en la sierra del Nevado. Este nuevo sistema eliminó al nunca eficiente de “tomas” en el cauce del Río Salsipuedes.

En Enero de 1976, durante las Fiestas Anuales al Señor de Amula, se celebró el Cuarto Centenario de la Fundación de San Gabriel.

Tras sufrir durante cincuenta y nueve años un nombre para la mayoría de la gente desagradable y no sin activa y ardua labor encaminada a lograr (con todas las de la ley y con apego a derecho) que se le restaurara aquél con que fue fundado más de cuatro siglos antes, por fin nuestros sueños alcanzaron el clímax de su realización en la sesión celebrada por el Congreso del Estado el Viernes 25 de Junio del año de 1993. En esa fecha, vía el Decreto № 15093, nuestro queridísimo San Gabriel y su Municipio recuperaron su nombre original.

El sábado 13 de Noviembre del mismo año, en una muy extraordinaria e inolvidable sesión pública de Cabildo que sin precedentes se celebró en la Plaza “Revolución” de nuestra “ciudad SAN gabriel”, tuvo lugar la “Ceremonia del Bando Solemne [o] Publicación de[l] Decreto por el Cambio de Nombre”.

Atestiguada por muy especiales invitados y una numerosísima concurrencia de habitantes de este Municipio y de las vecinos, el acto fue presidido por el Lic. Carlos Rivera Aceves (Gobernador del Estado), Sr. Luis Reyes Rodríguez (Presidente Municipal), Regidores del Ayuntamiento y representantes de los Poderes Legislativo y Judicial.

Repositorios consultados:

Archivo del Arzobispado. Guadalajara, Jal.
Archivo del Congreso del Estado. Guadalajara, Jal.
Archivo de la Real Audiencia. (Biblioteca Pública del Edo.). Guadalajara.
Archivo General de Indias. Sevilla, España.
Archivo General de la Nación. México, D.F.
Archivo Municipal. Zapotlán el Grande, Jal.
Archivo Municipal. San Gabriel, Jal.
Archivo Parroquial. San Gabriel, Jal.
Benson Latin American Collection. Texas University Library, Austin.
Biblioteca del M. N. A. H. México, D. F.
Biblioteca Nacional de Madrid. (España).
I. N. E. G. I.


Publicaciones:

“Apuntes para un Ensayo Histórico …”, de Enrique Trujillo G. Guadalajara, 1975.

“Breve Historia de Jalisco”, de José María Muriá. El Colegio de México. Ed. 2002.

“Cartas-Relación” de Hernán Cortés. Edición Porrúa, 1994.

“Colección de los Decretos, Circulares y Órdenes …”, primera serie. Guadalajara, 1874.
Edición de 1981.

“Crónica Miscelánea …” de Fray Antonio Tello. Edición 1984.

“El Estado Libre de Xalisco”. Guadalajara, 1823. Edición facsímil, 1973.

“Ensayo Estadístico …”, de Mariano Bárcena. (1885?)

“Estadística del Estado Libre de Jalisco”, de Victoriano Roa. Guad. 1825.

“Jalisco y sus Municipios”, revista, № 25, año 1991.

“Libro de la Razón General de Hacienda Nacional”, de don Antonio Gutiérrez y Ulloa. (1822-23)
Edición de UEGJ, 1983.

“Noticias Geográficas y Estadísticas del Departamento de Jalisco”, de don Manuel López Cotilla.
Guadalajara, 1843.

“Noticias Varias de Nueva Galicia”. Guadalajara, 1878.

1 comentario:

  1. Dn.Enrique, lo felicito por su cronida de la provincia de AMULA.
    Hace unos años, lei un libro con una recopilacion de los sucesos de esta provincia. Jamas, lo he encontrado en librerias .Ud.sabe algo de esto?.
    Saludos. Daniel Camberod

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